viernes, 25 de octubre de 2013

Bancos y Manteles

Hoy queremos contaros cómo son los talleres  que  realizan los alumnos del “Curso de verano-Bayaka 2013”.
     
Los carpinteros han aprendido los útiles de la carpintería y cuál es la función de cada uno de ellos, así como a hacer un banco. Al final de la formación cada niño ha fabricado, al menos un banco, que el
Centro ha donado a cada una de las escuelas de los niños. Sabemos que lo que han aprendido en la carpintería no es suficiente pero sí el comienzo  de una formación que tal vez puedan completar más tarde para llegar a ser mejores  carpinteros, o tal vez  lo que les permita completar su economía con la realización de  bancos. Y  es que antes de tener estos bancos los alumnos  se sentaban  en un ladrillo. Ojalá pueda organizarse el curso de verano el año siguiente y  enseñarles a construir unas mesas, pues hasta ahora apoyan su cuaderno sobre sus piernas.

        Las niñas han aprendido un poco  de bordado, crochet y punto. Tres actividades muy apreciadas entre las  mujeres y las niñas de este pueblo. Los trabajos que elaboran, además de ser muy coloridos son un producto que puede ser vendido y generarles algunos ingresos.  Una vez que las chicas han terminado sus labores hemos hecho una exposición en la que ya algunos trabajos se han vendido. Con el beneficio las niñas han podido adquirir los materiales para volver a elaborar otro trabajo que más tarde podrán vender de nuevo. Las que aún no han vendido sus trabajos nos aportan algo que ellas mismas han cultivado en su casa, un pollo o cacahuetes para la cocina, se lo compramos y lo canjean por materiales. En el caso de las niñas, esta actividad puede ser  el germen de un pequeño negocio que les aporte beneficios para pagar la escolarización o comprarse una ropa nueva.
En todo caso, la experiencia de la formación profesional ha sido de lo más gratificante para estos chavales ávidos de aprender. Esperemos que también lo sirva de motivación a los padres, pues en ocasiones confiarle la cocina y los bebes a las niñas, y al niño el cuidado de un rebaño de vacas y bueyes es más fácil que conducirlo a que aprenda un oficio o estudie.

La primera idea que tuvimos fue escoger a los cinco mejores niños para que aprendieran algo de carpintería y a las cinco mejores niñas para que aprendieran algo de bordado, durante los dos meses que duraba el curso de verano. Gracias a los donativos de todos los que habéis colaborado en este proyecto  hemos podido ampliar el número de niños que han podido acogerse en los talleres,  y así en lugar de a 10, se han formado   en carpintería y costura, respectivamente los 65 alumnos que han acudido al Centro de manera externa.Así pues, los alumnos que tienen clase por la tarde: “los pañoletas moradas” vienen al taller a las 11h.  de la mañana y los alumnos que vienen al turno de mañana: “los pañoletas naranjas” salen de clase, comen la bola y entran en los talleres.

Moisés

Moisés es el canijo este de la foto. Un día otro amigo me trajo su pañoleta para decir que Moisés no volvería más al Centro. Nos quedamos sorprendidos, pues nadie nos había hablado de problemas entre los niños. Hablamos con el amigo para que Moisés viniese a hablar con nosotros pero nunca vino. Tres semanas más tarde, un domingo bien temprano Moisés volvía al Centro y nos explicaba que durante el tiempo que había faltado su padre había tenido más trabajo en el campo y le prohibió venir al curso de verano. Él pedía recuperar las clases aún sabiendo que había pasado demasiado tiempo.
¡Qué menos que darle un abrazo y decidle: toma tu pañoleta y siéntate entre  nosotros!
Resulta duro escuchar estas realidades de pobreza y analfabetismo para nosotros, los pocos, que vivimos un siglo XXI diferente. No tenemos más palabras para interpretar los hechos, ojalá que no nos acostumbremos a estas historias.

Nuestro amigo, Anatol

Mirad a este chaval. Él es uno de los muchos niños que viven en el camino de Bayaka a Kelo y que nos saluda con la mano cuando pasamos en coche. Ahora sabemos que pertenece a la escuela de Dobing y vive a unos cinco Kilómetros del Centro. Sólo lleva mes y medio entre nosotros… y sólo su cara ya nos despierta cariño. Imaginaos cómo de anchos nos hemos puestos esta tarde cuando Anatol, que así se llama, nos ha pedido hablar con nosotros en el despacho, nos ha pedido “venir a vivir con nosotros para siempre porque en el Centro se está muy bien”.

miércoles, 16 de octubre de 2013

De agua, ¡hasta arriba!

Esta foto está hecha justo en la puerta del Centro. Así está todo el camino que realizan los niños para venir cada día al curso de verano, incluso sin exagerar hay zonas en las que el agua llega hasta la
altura de la cadera, pues a veces se ven a los niños llegar con la ropa mojada hasta ahí.
¿Sabes qué es lo mejor? Que no hemos conocido ni malas caras, ni retrasos incluso el día que la lluvia ha caído a la hora de comenzar las clases. Más ejemplar aún ha sido el testimonio de los profesores y educadores, que  viniendo de Kelo también han cumplido con su misión de educadores sin quejas ni ausencias.
El testimonio de los niños es entendible, mejor aún sin pensamos que detrás de ellos hay padres conscientes de la educación, pues en este momento de la estación de lluvias los niños son mano de obra barata para labrar el campo, pero lo que de verdad nos motiva es cuando vemos llegar al personal sonriente sabiendo que han pedaleado entre el barro
y el agua algo más de 7 Km.