viernes, 26 de octubre de 2012

Manualidades con paja



Es increíble como una naturaleza tan salvaje, con estaciones tan extremas en cuanto a sequía absoluta o lluvias torrenciales, es capaz de dar tanto. Si tuviésemos que señalar una cosas bonita de esa naturaleza es que en todo momento, sea cual sea la estación, al menos siempre hay un árbol que tiene una flor. De la misma manera, cada época ofrece una vegetación  que bien empleada permitirá hacer los tejados de las casas, los muros que servirán de límites, las canastas para recoger la cosecha, los toldos para secar el cereal, útiles de cocina e infinitas posibilidades.
        Una de las cosas que crecen en este momento, son unas finísimas pajas que los niños aprovechan para hacer sombreros y canastos.
        Este año, en Bayaka, hemos organizado un concurso. El premio será una camiseta que ya se discuten para quién será.
Como aún siguen creciendo estas pajas en el campo, cada día se marchan a buscarla y en los ratos libres las trenzan. De momento os mostramos a los niños en plena elaboración de sus artesanías. ¡¡¡Ya os contaremos quién será el ganador!!!

miércoles, 17 de octubre de 2012

Jugando

Dos tardes a la semana, tras el estudio los niños esperan con ganas el momento de encontrar los juegos. Son juegos que han llegado del extranjero y que ni mejores ni peores, aportan cosas diferentes a lo que los niños están acostumbrados a jugar.  A veces se piensa que los niños de África no tienen juguetes, y claro que no tienen juguetes de los nuestros que necesitan pilas y a los que no se puede jugar en la tierra, pero la naturaleza  unida a la gran  imaginación que tienen  les permiten crear otras maneras distintas de jugar. Toda una novedad y hasta un momento de enfadarse cuando sacábamos los juegos el primer año que  los niños llegaron al centro. Entender las reglas de un juego, no poder pelearse o insultarse si habías perdido y no poderte llevar las fichas  en el bolsillo eran cosas totalmente incomprensibles. Tras dos años de mucha formación los niños comienzan a disfrutar jugando, han entendido que los juegos tienen que cuidarlos y dejarlos bien para que los niños que vendrán detrás puedan jugar también  y que para divertirse jugando no te debes de enfadar.

miércoles, 3 de octubre de 2012

¡Listos para trabajar!

En un país como Chad en el que las dificultades para alimentarse y las 
condiciones de vida son tan adversas, estar dispuesto para trabajar y
sentir gusto por hacer las cosas bien hechas ya es haber recibido una
gran herencia. Así se pensó al principio y nosotros estamos
convencidos de ello al máximo. Por esta razón, cada día los niños
tienen un momento de estudio, otro de ocio y otro de trabajo.
Para estos espíritus libres y aventureros, acostumbrados a vagar por
las calles de su ciudad sin otro rumbo que buscarse la vida de la
mejor manera que cada día se presente, resulta difícil acostumbrarse a
un trabajo fijo con el que  no vas a encontrar una recompensa
inmediata. Sin desanimarse, pero sí con momentos de dificultad, cada
día les transmitimos los valores del trabajo y el placer que se tiene
cuando un trabajo está bien hecho.
Como estrategia para conseguir este fin les animamos a repetir cada
día: “yo estoy listo para trabajar”. Una fórmula que a fuerza de
repetirse creeremos que cambiará la expresión: “ je ne travaille pas”
 Ya se han recogido los cacahuetes que se sembraron. Ahora hay que
ponerlos a secar al sol antes de poder utilizarlos para hacer aceite o
tostarlos para  las salsas de la bola. Extendidos a pleno sol  un
montón de cacahuetes se convierten en tentación  insostenible para los
niños, que al no poder resistirse comienzan a ingeniárselas para
llenarse los bolsillos de cacahuetes que se comerán a escondidas.
Este año para evitar  esos problemas hemos decidido extenderlos al sol
en el patio de nuestra casa. De esta manera, cada tarde hay que
recogerlos y guardarlos en los sacos a la cubierta de la humedad de la
noche.
 Resulta gracioso ver como a las 17:00h se amontonan los niños junto a
la verja de casa “listos para trabajar” porque al final de su trabajo
recibirán un puñado de cacahuetes.